¿Normal, graso, seco o combinado? Antes de elegir tus productos de belleza, es esencial saber cuál es tu tipo de piel. Por ello en este artículo hemos preparamos algunos consejos para que te identifiques en casa.
Piel normal
Atención a las características: una piel normal es equilibrada – no es ni grasa ni seca. Tiene luminosidad, pero el brillo es moderado. La textura es aterciopelada y suave, firme y lisa. El color es rosado. Los poros suelen ser finos y casi imperceptibles a simple vista. Por lo general, no presenta acné ni manchas.
Una piel normal apenas tiene problemas de irritación tras el uso de cosméticos, presenta una mayor tolerancia a varios tipos de productos, desde geles y cremas hasta sérums y lociones cremosas. Sin embargo, puede presentar una ligera tendencia a la sequedad o a la grasa, especialmente durante los cambios de estación. Este fenómeno también puede producirse cuando se utilizan productos no adecuados para este tipo de piel (una crema hidratante para una piel seca, por ejemplo, puede provocar una piel normal hipergrasa y causar acné.
Tipo de piel: seca

La piel seca es incapaz de retener la cantidad necesaria de agua. Eso ocurre porque produce menos lípidos. En otras palabras: le falta sebo para retener la humedad y construir una barrera útil contra las influencias externas.
¿Cómo se puede identificar esto? Observando si su piel se siente tensa después de una higiene suave, cuando la piel comienza a secarse de forma natural. La sequedad puede ser más prominente en ciertas zonas de la cara y provocar descamación, picor y enrojecimiento, especialmente en los cambios de estación, con el uso de agua muy caliente o de productos inadecuados.
En contra de la creencia popular, la piel seca puede recibir tratamientos a base de ácidos, incluso en forma de gel. Pero atención: es posible que se reseque temporalmente, por eso se recomienda la aplicación previa de una crema hidratante, para proteger las zonas más expuestas y resecas de la piel, minimizando el efecto secundario. Aplícalo en pequeñas cantidades, en noches alternas, y aumenta la frecuencia según tu tolerancia.
Tipo de piel: grasa
En la piel grasa, el proceso es el contrario: produce más sebo de lo normal. Por lo tanto, pierde menos agua. Aunque está más protegido del envejecimiento precoz que los demás, también es más propenso al desarrollo del acné.
Poros visibles y dilatados, mucho brillo, textura gruesa, color pálido, aparición frecuente de granos y puntos negros son indicativos de que tu piel entra en esta categoría.
Utilizar productos no comedogénicos, preferir geles, gel-cremas o sérums. No te laves la cara más de dos veces al día, sobre todo si el jabón o gel limpiador contiene ácido en su formulación. El exceso de limpieza provoca el efecto contrario: la piel se «defiende» de la agresión provocada por la limpieza y produce más grasa que antes. El uso aislado de jabones antigrasa, sin una rutina completa que contemple la tonificación, la hidratación y la protección solar, puede empeorar el acné y la grasa, favoreciendo la aparición de manchas.
Los geles secantes también pueden causar dermatitis de contacto si se utilizan de forma incorrecta. Las personas que tienen la piel grasa deben elegir y aplicar sus productos con cuidado. Reserve un día a la semana para una exfoliación superficial de la piel y no utilice productos que contengan ácido después de la exfoliación.
Tipo de piel: mixta
También existe la posibilidad de que tu piel sea mixta. Es decir: con características de piel normal o seca en zonas como la mejilla y aspecto graso en la zona T (región que abarca la frente, la nariz y la barbilla).
La piel mixta puede llevarse bien con casi cualquier textura de producto entre geles, gel-cremas y cremas. El gel-crema es la textura intermedia entre las pieles secas (que prefieren la crema) y las grasas (a las que les van mejor los geles), pero no es la única recomendada: la combinación de productos que dejan la piel equilibrada puede ser una buena salida para quienes están conociendo su tipo de piel. Utiliza cremas hidratantes en las zonas secas y geles con AHA en las zonas grasas.